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Redacción. La Comisión Europea y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) han lanzado hoy un paquete de préstamos por valor de 1.000 millones de euros destinado de manera específica a los jóvenes agricultores.

Este nuevo programa de préstamos se inscribe en la iniciativa conjunta Young Farmers, puesta en marcha por la Comisión Europea y el BEI para aunar el apoyo actual del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader) con los medios financieros y conocimientos especializados del BEI.

Además del programa de préstamos, la citada iniciativa prevé que se sigan utilizando las subvenciones del Feader para jóvenes agricultores y empresas emergentes, bien como bonificaciones de intereses o para asistencia técnica, en combinación con instrumentos financieros.

En relación con este nuevo paquete de préstamos, la Comisión Europea ha recordado que el 27 % de las solicitudes de préstamos presentadas a los bancos por jóvenes agricultores en 2017 fueron rechazadas, frente al 9 % de las presentadas por otras explotaciones.

El objetivo de este paquete por valor de 1.000 millones de euros es facilitar a los agricultores de la Unión Europea, en especial a los jóvenes, el acceso a financiación.

Phil Hogan, comisario de Agricultura y Desarrollo Rural, ha declarado que “el acceso a financiación es esencial, y a menudo constituye un obstáculo para los jóvenes que quieren empezar en esta profesión”.

“El 11 % de los agricultores europeos tiene menos de 40 años, de modo que el apoyo a los jóvenes agricultores en este sector es prioritario para la Comisión Europea y para la política agrícola común posterior a 2020”, ha añadido.

El programa será gestionado a nivel de los Estados miembros por bancos y sociedades de arrendamiento financiero que operan en toda la UE. Los bancos participantes deben igualar el importe comprometido por el BEI, lo que significa que el importe total podría ascender a 2.000 millones de euros, y ha de darse prioridad a los jóvenes agricultores.

El programa abordará muchos de los problemas a los que se enfrentan actualmente los agricultores, concediendo tipos de interés más bajos, periodos de carencia más largos, de hasta cinco años, periodos de amortización más largos, de hasta 15 años, y mayor flexibilidad, en función de las condiciones, para responder a la volatilidad de los precios en el sector agrícola, a fin de que los agricultores puedan seguir reembolsando los préstamos en periodos difíciles (por ejemplo, mediante un periodo de gracia que les permita no reembolsar el préstamo durante unos meses).

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