Imagen de la noticia

Redacción. El desarrollo tecnológico ha traído consigo cambios sin precedentes en el ámbito laboral y de las organizaciones. Han surgido nuevos empleos, nuevas generaciones de empleados 100 % digitales y nuevos espacios de trabajo automatizados y en la nube.

Una revolución que, lejos de desaparecer, seguirá en constante crecimiento durante los próximos años; en este sentido, el World Economic Forum prevé que para 2025 la tecnología se ocupará de desarrollar más del 50 % de las tareas de los profesionales.

Ante esta perspectiva, el desarrollo de soft skills humanas que las máquinas no pueden aprender, en combinación con soft skills más técnicas o digitales, se ha convertido en pieza clave para hacer frente a los retos futuros a los que se enfrentan las organizaciones.

B-Talent, compañía tecnológica de formación en competencias y habilidades para empresas, ha destacado las cuatro áreas de conocimiento para fomentar el desarrollo social o humano del talento interno en las organizaciones.

Comunicación

Contar con profesionales que sepan comunicarse de manera efectiva mejora las relaciones dentro del equipo y facilita la consecución de objetivos. La escucha empática, la asertividad o el saber hablar en público son algunas de las competencias que se pueden desarrollar para mejorar la efectividad su comunicación verbal y no verbal.

Liderazgo y management

Saber adaptarse a los diferentes perfiles de trabajadores, motivar, comunicar, supervisar, controlar y orientar son algunas de las habilidades y competencias clave para liderar y gestionar equipos de manera eficiente.

Los profesionales que desarrollan estas competencias de liderazgo y management aprenden no solo a potenciar su propio talento, sino también el de sus colaboradores.

Inteligencia emocional

Según Daniel Goleman, investigador, psicólogo y periodista estadounidense, el 70-80 por ciento del éxito en la edad adulta proviene de la inteligencia emocional. Conocer las emociones propias, la de los colaboradores y aprender a gestionarlas, ayuda a identificar los desencadenantes que pueden afectar al rendimiento del equipo.

Al potenciar hábitos de inteligencia emocional se evitan conflictos, malentendidos, inseguridades o miedos, ganando, sin embargo, en confianza y seguridad.

Desarrollo personal

Contar con un equipo con una mentalidad de aprendizaje constante es un valor añadido para cualquier organización. ¿Cómo conseguirlo? A través del fomento de la creatividad y la innovación, o la implementación de sistemas de aprendizaje ágiles como el Learning Agility, es posible impulsar pautas que fomenten el autodesarrollo y la automotivación de los profesionales.

¿Y qué ocurre con las soft skills de carácter tecnológico? Según indican desde B-Talent, además de desarrollar habilidades blandas, es imprescindible fomentar el desarrollo de competencias técnicas o digitales para convertir el talento interno en el motor de transformación de cualquier compañía.

Utilizamos cookies propias y de terceros para posibilitar y mejorar su experiencia de navegación por nuestra web. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso.