Redacción. Los retrasos en el pago de facturas a proveedores podrían haber impedido la creación de unos 6,5 millones de puestos de trabajo en Europa.
Así lo ha advertido la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad (PmcM), atendiendo a los datos del Informe sobre la morosidad en las transacciones entre empresas elaborado por la Comisión Europea.
La morosidad puede provocar a corto y medio plazo problemas de flujo de caja y pérdida de ingresos, lo que tiene consecuencias más amplias para la Economía, ya que impide que las empresas inviertan y crezcan. Este lento crecimiento y la incapacidad de contratar a nuevos empleados son impactos de la morosidad que inciden directamente sobre el PIB y el empleo nacionales.
Cuando los problemas de flujo de caja se alargan en el tiempo pueden dificultar la liquidez de las empresas que intentan cumplir con sus obligaciones contractuales con los proveedores o el personal y, en casos extremos, puede derivar en despidos.
Si el flujo de caja se hace insostenible, se convierte en una amenaza para la supervivencia de la empresa y puede conducir a la quiebra. Así lo afirma casi una de cada cinco empresas del sur de Europa, concretamente de España, Grecia, Croacia y Rumanía.
En esta línea, la Comisión Europea señala que la eliminación de la morosidad crónica en Italia, Portugal y España reduciría entre 124.000 y 248.000 los cierres de empresas cada año.