Redacción. Ucrania ha perdido 4,8 millones de empleos desde el inicio de la agresión rusa, según ha revelado un nuevo estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El estudio, titulado El impacto de la crisis de Ucrania en el mundo del trabajo: Evaluación inicial, pone de relieve que, si las hostilidades se intensificaran, las pérdidas de empleo aumentarían a 7 millones.
Sin embargo, si los combates cesaran inmediatamente sería posible una rápida recuperación, con el retorno de 3,4 millones de puestos de trabajo. Esto reduciría las pérdidas de empleo al 8,9 %, según el informe.
La crisis en Ucrania también puede crear disrupciones laborales en los países vecinos, principalmente en Hungría, Moldavia, Polonia, Rumanía y Eslovaquia. Si las hostilidades continúan, los refugiados ucranianos se verían obligados a permanecer en el exilio durante más tiempo, lo que supondría una mayor presión sobre el mercado laboral y los sistemas de protección social de estos países y un aumento del desempleo en muchos de ellos.
Además, las perturbaciones económicas y de empleo que afectan a la Federación Rusa están teniendo importantes efectos en Asia Central, especialmente en países cuyas economías dependen de las remesas de la Federación Rusa, como Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán.
Estos cuatro estados se encuentran entre los diez principales países de origen de los emigrantes de la Federación Rusa, y muchos de estos emigrantes envían una parte importante de las remesas a sus países de origen.
Si las hostilidades y las sanciones contra la Federación Rusa provocan la pérdida de puestos de trabajo para los trabajadores migrantes en la Federación Rusa y estos trabajadores migrantes regresan a sus países de origen, habrá graves pérdidas económicas en toda Asia Central.