La motivación laboral es, sin duda, uno de los grandes retos a los que se enfrentan las empresas hoy en día. Además, recientemente han entrado en juego nuevos factores derivados de la pandemia que afectan directamente a la motivación de los empleados, como, por ejemplo, la falta de contacto personal.
En este contexto, son los líderes quienes deben marcar el tono de la organización. Son ellos quienes crean, con su propio ejemplo, un entorno que transmita la sensación de seguridad y de pertenencia. De este modo, cuando un trabajador se siente cómodo en el entorno laboral, aflora todo su talento y compromiso, lo que repercute directamente en el rendimiento económico de la empresa.
De hecho, la motivación es clave para retener el talento y esto puede generar entre un 25 y un 85 por ciento de incremento en los beneficios de la empresa.
Cuatro conversaciones clave para impulsar la motivación
En esta carrera de fondo que es la motivación, son los líderes de las compañías los que deben tener clara la importancia de mantener conversaciones, de establecer procesos de comunicación bidireccionales con su equipo. Será fundamental que conozcan y pongan en práctica cuatro conversaciones clave para mantener un equipo motivado.
La primera es conocida como conversación de delegación. Se emplea para que el equipo de trabajo dé lo mejor de sí mismo mediante la delegación de tareas adecuadas a sus funciones. El líder deberá explicar en profundidad la tarea que se encomienda, de modo que comprendan por qué deben llevarla a cabo, para qué y cómo deben ejecutarla.
De esta forma logramos que los trabajadores del equipo muestren su compromiso y ganen seguridad. Así mismo, se les debe permitir establecer sus propios objetivos. La solución que más les motiva es aquella que ellos mismos descubren.
En segundo lugar se encuentra la conversación de control. Esta deriva directamente de la anterior, pues una vez la tarea ha sido delegada, es importante continuar con la comunicación para estar al tanto de los avances y felicitar al trabajador.
En ningún caso se debe emplear esta charla para dar un feedback negativo, sino para alentar y ayudar con las dificultades que se haya podido encontrar. Es esencial hacer un seguimiento del trabajo para animar al trabajador a lo largo del proceso y no solo aplaudir al final, ya que esto anima al logro de un buen resultado. Felicitar por un esfuerzo es motivar para obtener un gran resultado.
Pero no todas las conversaciones se resumen en delegar y monitorizar. En ocasiones, un buen líder también debe enfrentarse a las denominadas conversaciones de corrección, cuando un trabajador deja de desempeñar su labor o no cumple con los objetivos de la empresa.
Con este diálogo se busca corregir sin ofender o herir los sentimientos del empleado, ya que el fin último es que todo vuelva a su cauce. Ante esta situación, el líder debe asegurarse de que el comportamiento del colaborador se aleja realmente de la directriz general de la empresa. Una vez esté seguro -y haya identificado los comportamientos o los hechos concretos que se alejan de la norma-, deberá citar al empleado para entablar la conversación.
En ella le comunicará de forma directa el comportamiento concreto que les ha reunido, y deberá ser comprensivo con la persona y estricto con el hecho. En este sentido, deberá también explicarle el sentido de la responsabilidad que se le presupone.
Todo ello desde el respeto, mediante un lenguaje directo, honesto y una postura alejada del rencor o del enfado, porque lo que se aleja de la directriz es un comportamiento, no la persona. Debemos recordar que el líder debe tener siempre la intención de motivar al equipo.
Por último, se encuentran también las conversaciones difíciles, cuando se anuncia, por ejemplo, un cambio de puesto. En estos momentos el líder debe saber dominar la conversación y, por supuesto, no evitarla.
Igualmente, es importante que primero comunique la decisión y después proporcione la explicación -generalmente suele hacerse al revés-.
Es esencial ser directo y mirar a los ojos, demostrando así que se tiene respeto por el trabajador y que es importante para el líder comunicarle personalmente esta información.
Este tipo de conversaciones es fundamental no delegarlas, posponerlas o llevarlas a cabo por teléfono o correo electrónico. Aunque la pandemia haya afianzado el teletrabajo y la digitalización, es preferible mantener este tipo de conversaciones en persona. El contacto humano y la cercanía siempre seguirá siendo imprescindible.