Redacción. El Área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid pretende aumentar un 22 % la plantilla de agentes de movilidad con la incorporación de 130 nuevos efectivos, con el objetivo de reforzar el cuerpo para incrementar su visibilidad y el impacto de sus funciones.
Para llevar a cabo este aumento de plantilla, se ha modificado el Reglamento del Cuerpo de Agentes de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, que deberá ser aprobado por el Pleno municipal.
El cuerpo de Agentes de Movilidad nació mediante acuerdo plenario de 27 de enero de 2004 para que estos nuevos profesionales de la administración municipal asumieran las funciones de tráfico de las que se liberó a la Policía Municipal.
Desde entonces, el máximo de efectivos que alcanzó la plantilla fue 750 agentes en 2009. Con el paso de los años, debido a las jubilaciones y las promociones internas, esa cifra se ha ido reduciendo hasta llegar a los 592 agentes actuales de un cuerpo que, desde su creación, ha ido asumiendo nuevas funciones.
Los agentes de movilidad desarrollan diferentes funciones en la ciudad, todas ellas relacionadas con la gestión del tráfico. La más importante, la ordenación, señalización y dirección del tráfico en el casco urbano -dentro del perímetro de la M-30-, de acuerdo con lo establecido en las normas de circulación.
También son los encargados de retirar de la vía pública vehículos abandonados -más de 2.000 vehículos al año- y atender a los ciudadanos a través de los comunicados de retirada de vehículos de zonas de carga y descarga, obstaculización de garajes, estacionamiento en zonas reservadas para personas de movilidad reducida (PMR). En este sentido, realizan alrededor de 30.000 actuaciones anuales.
En cuanto a la autorización de ocupaciones en la vía pública (ocupación de los carriles de circulación con grúas, maquinaria pesada o mudanzas) gestionan 7.000 autorizaciones al año.
Además, son responsables de la emisión de informes de viabilidad en eventos culturales y deportivos, el desempeño de actuaciones de control medioambiental en zonas de bajas emisiones y en episodios de alerta atmosférica, vigilancia de protección de los espacios peatonales frente a vehículos motorizados y de micromovilidad (bicicletas, patinetes y otros vehículos de movilidad persona).
También realizan los controles de velocidad de vehículos, tanto con radares fijos como móviles.