
¿Por qué llega Junior Achievement a España?
La Fundación Junior Achievement Surge en nuestro país como resultado del esfuerzo de los patronos fundadores y de la delegación europea Junior Achievement-Young Enterprise Europa por crear una fundación que fomentara la excelencia inculcando en los jóvenes un espíritu emprendedor basado en la innovación y la creatividad e incidiendo en su educación global. De esta forma, a nivel del sistema educativo reglado, se generaría creatividad, y los jóvenes alumnos podrían entender la relevancia de las materias que aprenden en el colegio y se motivarían respecto a su futura participación en la sociedad.
En la mente de los patronos fundadores y de las primeras empresas colaboradoras, en el curso académico 2001-2002, estaba redirigir el futuro de nuestros jóvenes en consonancia con los objetivos de la política educativa de la Unión Europea, que propone el autoempleo como una interesante oportunidad de creación de empleo, fomentando el aprendizaje y complementando los conocimientos aprendidos mediante modelos simulados de actividades relacionadas con el entorno laboral.
Actualmente, la delegación europea JA-YE Europe, con sede en Bruselas y que alcanza a 2.9 millones de jóvenes, reúne a 39 países europeos, miembros a su vez de la matriz JA Worldwide. En 2002 Young Enterprise, con origen en Reino Unido, y Junior Achievement, ambas persiguiendo el mismo fin, se fusionaron. JA España es miembro ‘in good standing’ de JA Worldwide desde Noviembre de 2004.
¿Cuál es el público objetivo y la misión de la Fundación Junior Achievement?
La misión de la Fundación Junior Achievement España es fomentar en los jóvenes el espíritu emprendedor que les permita alcanzar sus metas en un marco de responsabilidad y libertad.
Junior Achievement logra su misión a través de programas educativos de distinta índole y temática dirigidos a alumnos de 7 a 25 años, con actividades de “aprender haciendo” que son impartidas por profesionales voluntarios en instituciones educativas públicas y privadas, con el objetivo de que el alumno se responsabilice de su propio destino, se proponga objetivos claros y realistas, actúe para la consecución de los mismos, desarrolle la perseverancia, la creatividad y la confianza en sí mismo y se forme de manera constante durante toda la vida.
En la actualidad, ¿cuáles son las principales cifras que maneja en España y en el ámbito europeo la Fundación Junior Achievement? ¿Qué país europeo considera paradigma del fomento del espíritu emprendedor y por qué?
En el curso académico 2008-2009, octavo año de trabajo de Junior Achievement en España, hemos llegado a 10.588 alumnos de 203 centros educativos de 14 Comunidades Autónomas, hemos impartido 346 programas educativos, se ha conseguido la confianza y ayuda económica de más de 35 empresas patrocinadoras y 21 instituciones colaboradoras y hemos involucrado a 877 voluntarios, para que colaboren con su tiempo y dedicación.
A nivel europeo, según la memoria de JA-YE, en 2008-09 se ha logrado llegar a más de tres millones de alumnos de 61.000 centros educativos, y hemos contado con a participación de casi 103.000 voluntarios.
En cuanto al paradigma del fomento del espíritu emprendedor, hay cuatro países europeos que destacan como modelos de mejores prácticas a la hora de fomentar este espíritu emprendedor en las aulas: Inglaterra, Noruega, Rumania y Bulgaria. Los dos primeros -Inglaterra y Noruega- por el modelo de financiación que han construido a la hora de implementar los programas educativos de JA a través de los Ministerios de Educación e Institutos Asociados respectivos. De esta forma, a título de ejemplo, Noruega ha llegado a 126.000 alumnos en el curso académico 2008-09.
En lo que respecta a Rumanía y Bulgaria, su crecimiento fue espectacular a raíz de la caída del muro. Su modelo de financiación, también ligado al Ministerio de Educación, les ha permitido ser considerados en Europa como dos de los países “con mejores prácticas” en las aulas.
Crisis económica y espíritu emprendedor, en el contexto actual, parecen conceptos imposibles de conciliar. ¿Qué papel considera que le toca jugar al emprendedurismo ante una situación como la que atraviesa hoy la economía mundial?
La caída en creación de empresas representa un descenso del 24,5% frente al ejercicio anterior, según cifras difundidas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) para 2009, de ahí la importancia y la necesidad de que Administraciones, Empresas e Instituciones ayuden a los actuales y futuros emprendedores, sobre todo en tiempos de crisis donde ellos son los que “tiran del carro” de la economía local.
El espíritu emprendedor debería formar parte de las competencias básicas, complementando la educación con este tipo de programas. La educación en el fomento del espíritu emprendedor y empresarial debería estar presente en todas las etapas formativas, presentando la cultura emprendedora como algo natural y positivo. Los emprendedores y empresas deben aportar, en la medida de sus posibilidades, su conocimiento y respaldo para que las nuevas generaciones no estén abogadas al fracaso.
Tan sólo el 5% de los jóvenes europeos tiene actualmente acceso a una educación emprendedora antes de cumplir los 18 años. El éxito de las próximas generaciones dependerá del acceso que éstas tengan a la educación emprendedora, fomentando habilidades que les servirán a lo largo de su vida.
Lo que se necesita es mucha más formación e información. Al igual que los idiomas o las matemáticas, se debería enseñar a nuestros estudiantes las habilidades y aptitudes necesarias para ser emprendedor, y, por lo menos, que se planteen el emprendedurismo como una opción de futuro.
Muy pocos emprendedores están debidamente capacitados para gestionar su empresa en el momento de su fundación. La escasez de tiempo en la educación escolar reglada limita mucho que se pueda sembrar el germen de una cultura emprendedora. La mayoría de los emprendedores con los que hemos tratado se vieron obligados a dirigir la compañía desde un principio pese a sufrir carencias formativas graves en algunos aspectos de la gestión empresarial. Aunque cierto es que la capacitación es necesaria, por sí sola es insuficiente. Se requiere también de un ‘paquete’ bien pensado de servicios que incluya asesorías y seguimiento individual en la etapa inicial del negocio y apoyo financiero.
¿Qué papel juega el voluntariado en una fundación educativa como la suya, y en qué medida es importante para el cumplimiento de sus objetivos? ¿Considera que en España esta práctica está lo suficientemente interiorizada y desarrollada? ¿Vamos por el buen camino?
Los programas de la Fundación Junior Achievement España se hacen en colaboración con centros educativos, empresas y voluntarios del sector privado o profesional.
El beneficio para el voluntario es enorme: Desarrolla aptitudes y actitudes como la disciplina o la flexibilidad para trabajar con jóvenes, entre otros. La finalidad es permitir poner en práctica los conceptos aprendidos durante las clases con la valiosa ayuda de voluntarios -profesionales o emprendedores-, siendo ‘mentores’ en los que inspirarse y así acercarles al entorno social y económico en el que viven.
Con ello se permite a los alumnos analizar la importancia de continuar sus estudios y la importancia de establecer metas propias, discutir la formación, habilidades, hábitos y comportamientos esenciales para tener éxito en el logro de las metas profesionales, analizar las aptitudes y actitudes requeridas en el mercado laboral, preparar a los alumnos para que puedan participar activamente, estimulando su capacidad crítica, acercarles al proceso de toma de decisiones empresariales, potenciar la capacidad de reflexión, comunicación y trabajo en equipo... En términos generales, todo ello les proporciona grandes dosis de autoestima.
En la “Escuela de Emprendedores”, que patrocina Ernst &Young, algunos voluntarios dejan testimonios muy educativos. Agatha Ruiz de la Prada ha dicho que “los estudiantes de hoy en día tienen un miedo enorme a ponerse a trabajar, se dedican a coleccionar títulos y masteres, cuando la verdadera escuela de vida está en el lugar de trabajo. No hay que tener miedo al trabajo ni al fracaso, es la única forma de aprender. No pasa nada por trabajar gratis, es una escuela de aprendizaje”. Por su parte, Domingo Arochena ha señalado que “en muchas ocasiones el éxito es un fracaso ‘reciclado’; de algo que no ha salido como habíamos planificado, hemos aprendido una lección que, después, hemos puesto en práctica. Cambio y dolor son siempre sinónimos; conseguir el éxito supone que te enfrentes a los dos. Un empresario raramente triunfa sin pasar antes por fracasos o fallos. Los mejores se recuperan más deprisa”.
En pocas palabras, ¿cuáles son las cualidades del emprendedor?
Paciencia, creer en uno mismo y comprender que el fin último no es triunfar. Lo importante es que te divierta lo que hagas y tu trabajo te guste. No hay que cobrar por todo, haciendo cosas sin cobrar -trabajos voluntarios- se aprende mucho.
¿Hay que tener miedo al fracaso?
No hay nada mejor que fracasar. Se aprende mucho.
Jóvenes y fracaso escolar: ¿En qué porcentaje influyen el factor “familia”, el factor “educadores” y el factor “gubernamental” -fomento de medidas anti-abandono escolar- según su criterio?
Vivimos en una economía del conocimiento que demanda a los jóvenes una sofisticada mezcla de habilidades “soft & hard”. Ahora más que nunca necesitamos la innovación, nuevas soluciones, nuevos enfoques creativos y nuevas formas de funcionamiento.
Estamos en un territorio desconocido y necesitamos personas en todos los campos y en todas las edades que puedan “pensar más allá” para identificar y perseguir oportunidades en vías de desarrollo.
Porque el fomento del espíritu emprendedor, a día de hoy, sigue y seguirá siendo posible. Poco a poco este tipo de actividades empiezan a formar parte del ADN de los centros educativos. Sin embargo, los padres siguen buscando para los hijos una pretendida “seguridad” laboral, orientándolos, a veces, a presentarse a oposiciones, o a conseguir puestos de trabajo más o menos estables por cuenta ajena, donde el riesgo es supuestamente menor.
No se fomenta una 'cultura de riesgo', hay una percepción generalizada de que los riesgos son negativos y que hay que evitarlos a toda costa, pero ya a principios de siglo Evelyn Waugh resumía esta cuestión sencillamente: “En la vida existen dos tipos de personas, las que hacen y las que ‘miran hacer’.
En España, el objetivo, muchas veces, es encontrar un trabajo asegurado.