Día Internacional del Jefe: ocho consejos para mejorar la cultura del liderazgo

Redacción. Hoy, 16 de octubre, se celebra el Día Internacional del Jefe, conmemorando el descuido que tuvo la secretaria de State Farm Insurance Company, Patricia Bays Haroski.

La empleada olvidó el cumpleaños de su padre, que también era su superior, y decidió en 1958, para enmendar el error, registrar la fecha en la Cámara de Comercio de Estados Unidos. El objetivo era reconocer las cualidades de los jefes en un día en el que también recuerdan que son humanos y conviven en igualdad de condiciones con los empleados.

Aprovechando esta conmemoración, Netmind, compañía de BTS especializada en transformación digital, ha facilitado ocho consejos para mejorar la cultura de liderazgo en las empresas españolas.

Crear espacios para la creatividad y el fallo. La regla del 20 % es un ejemplo de ello. Algunas compañías han puesto en marcha una acción por la que, durante ese porcentaje de la jornada, empleados internos desarrollan ideas propias. Esto genera procesos muy dinámicos en los que, en un día, se construye una hipótesis y se presenta: puede ser para cualquier aspecto siempre que esté alineado con el propósito y la estrategia de la empresa.

Colaborar en la autonomía de personas y equipos. Las bases de la confianza empiezan a instalarse cuando los empleados se sienten parte de la organización. Un ejemplo de ello es que los líderes entienden que la persona más adecuada para tomar las decisiones no tiene por qué ser un mando intermedio, sino quien tenga más criterio para ejecutarla.

Alentar la colaboración en vez de la competencia. La gastronomía española podría ser representativa, ya que gran parte de su éxito se debe a la colaboración. El modelo trata de construir sobre las ideas de los demás, evolucionándolas a otro nivel, lo cual no implica que no haya competencia. La diferencia está en entender que, para mejorar, no es necesario vencer a los demás, sino desarrollarse junto a ellos.

Ejercer un buen liderazgo. Fácil de decir, difícil de concretar. Quizá haya que empezar por cambiar frases del tipo “Lo que tienes que hacer es…” por “¿Cómo puedo ayudarte?”. Los líderes entienden que su papel es dar ejemplo y alentar para que emerja el liderazgo de los demás. No se trata de un objetivo, sino de un camino a transitar.

Fomentar la cultura del feedback. Hay muchas formas de recabar feedback. Para generar espacios de confianza entre equipos puede ser muy útil el feedback de pecera. Es una dinámica fácil y rápida por la que un equipo presenta en unos cinco minutos los aspectos más importantes de una idea o proyecto, algo que quieran validar.

Para poder recabar feedback dentro del equipo hay muchas dinámicas fáciles de realizar. Lo importante no es la forma, sino el contenido. La conversación que se da entre dos personas en un feedback es un regalo. No hay juicios ni intención de atacar o herir a la otra persona, solo regalarle su visión única. Un líder pide feedback a las personas que le rodean de manera constante.

Contar con un facilitador. Cada vez se requiere más la figura de un facilitador, y no es casualidad, ya que se ha demostrado su gran utilidad. Tener un facilitador hace que se mantenga el foco, que se asegure que todas las personas tienen voz y que se consigan las metas. El facilitador fomenta las conversaciones en la toma de decisiones.

Medir, medir y medir. La única manera de saber si se progresa es poner indicadores y realizar un seguimiento. El primer termómetro es la opinión de las personas, que debería comenzar desde la seguridad del anonimato, sobre todo en entornos no confiables.

Fundamental: ponte en marcha. En la gestión del cambio hay una máxima: si nada cambia, todo va a seguir igual. Por ello, no importa la situación en la que te encuentres, si no en la que quieras trabajar. Empieza dando un paso, el más sencillo y que más valor te vaya a aportar. Lo más importante es empezar.

“El término jefe debe dejar paso al líder. Esa persona debe generar espacios de confianza y desarrollo, se preocupa por las personas, es transparente, humilde y fan de su equipo. Esa forma de liderar es el espejo donde verse reflejado, y la contraria llevará al desapego y la frustración. Las personas no dejan sus trabajos, dejan a sus jefes”, señala Iria Rivero, agile coach de Netmind.

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