Redacción. El optimismo neto de los empresarios españoles con respecto a la economía se ha estancado en un 10 % durante el primer semestre de 2019.
Desciende un punto desde el semestre anterior y supone el nivel más bajo registrado desde 2013, pero lo hace en un contexto en el que las previsiones de los propios empresarios sobre sus negocios son todavía sólidas.
Así lo pone de relieve la encuesta económica International Business Report, que publica cada seis meses la firma de servicios profesionales Grant Thornton, y que se confecciona a partir de 5.000 entrevistas a altos directivos de más de 30 países, 400 de ellos en España.
Si entre la primera y la segunda mitad del año pasado el nivel de optimismo de los directivos españoles hacia la economía cayó 59 puntos, hasta situarse en un 11% neto (la diferencia entre optimistas y pesimistas), en el primer semestre de 2019 ese optimismo ha bajado solo un punto, situándose en el 10 %. Pese a la buena noticia de su estabilización, este es el nivel más bajo en seis años.
Las tensiones geopolíticas derivadas de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la posibilidad cada vez mayor de un Brexit sin acuerdo, la reciente subida del precio del petróleo y la continuidad en la incertidumbre política en clave nacional explican ese bajo nivel de optimismo, reflejado también en la desaceleración a la que apuntan los últimos indicadores de producción industrial, exportaciones o turismo.
Crece la inquietud hacia la evolución de la economía
Junto al estancamiento del optimismo, los empresarios españoles encuestados por Grant Thornton también expresan una mayor incertidumbre económica, que ha aumentado del 46 % al 49 % en solo seis meses. Es decir, casi la mitad de los directivos encuestados se muestran inquietos ante los acontecimientos externos porque creen que pueden llegar a afectar a su empresa. Las perspectivas de crecimiento en España empresarial siguen resistiendo
En contraste con las expectativas de mayor incertidumbre en el contexto económico global, la última oleada del International Business Report de Grant Thornton, que radiografía el estado del middle-market en España desde 1992, muestra que los empresarios españoles siguen confiando en la buena evolución de sus negocios.
En concreto, 8 de cada 10 confía en mejorar o dar continuidad a sus ingresos actuales durante los próximos doce meses. Es un buen dato, a pesar de que ha empeorado dos puntos con respecto al mismo semestre en 2018.
Este porcentaje es, además, superior en un punto al de la Unión Europea y al global, situados ambos en el 82%, y está por encima también del resultado de países de nuestro entorno como Alemania o Reino Unido.
Descienden notablemente también las previsiones de beneficios de los empresarios españoles, que caen del 31% al 23%. Este descenso de 8 puntos nos sitúa por debajo de los saldos netos europeo (26%) y global (35%), y de países como Reino Unido (28%) o Italia (29%).
Peor dato en creación de empleo
La última oleada del análisis de Grant Thornton también arroja el peor dato de perspectivas de creación de empleo por parte de los empresarios españoles desde 2014, el año en que empezó a consolidarse la recuperación económica. En concreto, solo un 18 % de los encuestados prevé ampliar su plantilla en los próximos 12 meses.
“Los costes laborales en España han aumentado en el segundo trimestre un 2,4 %, tanto por el incremento del salario mínimo profesional como el de los sueldos en general. Esta evolución se produce en un entorno de cautela sobre las expectativas de crecimiento. Ambos factores podrían explicar las peores perspectivas de las empresas en sus previsiones de contratación”, indica Carlos Fernández, consultor y economista de Grant Thornton.
Ese paso atrás en las previsiones de ampliación de sus plantillas convive con la percepción de los empresarios españoles de que falta mano de obra cualificada para los puestos de trabajo que ofertan.
En concreto, el 39 % de los encuestados por Grant Thornton tiene esa sensación, que ha empeorado además en 22 puntos respecto a hace un año, cuando solo un 17 % de directivos manifestaba esa sensación.
Este dato es mejor, sin embargo, que la media de la Unión Europea y, en especial, en potencias como Alemania, donde el 50 % de las empresas identifican la falta de trabajadores cualificados como un obstáculo, y en Francia, donde se muestran preocupados un 48 % de empresarios.