El 60 % de los trabajadores españoles prefiere que su pausa para la comida dure 45 minutos o menos

Redacción. El 60 % de los trabajadores en España prefiere que su pausa para comer dure 45 minutos o menos.

Así lo pone de relieve una encuesta realizada por la consultora de Recursos Humanos, Hays, en la que se preguntaba a los participantes sobre la duración de la pausa para la comida.

Según destacan desde Hays, los hábitos de los trabajadores a la hora de realizar las pausas para comer han cambiado mucho a lo largo de las últimas décadas. Años atrás, en España, los empleados invertían dos horas de media en la comida y el descanso en su jornada laboral.

La tendencia ahora es concentrar la jornada para que ocupe la menor parte del día posible y poder tener más tiempo libre, aunque no siempre es así. Un 29 % prefiere destinar una hora a comer, mientras que un 7 % y un 3 % elige una hora y media y dos horas, respectivamente.

“Dentro de la conciliación, mucha gente utiliza ese tiempo para hacer recados o gestiones fuera del trabajo, e, incluso, en las grandes ciudades algunos trabajadores deciden ir al gimnasio. Eso les ayuda a rendir mejor y a concentrarse con más facilidad”, explica Fernando Calvo, director de People & Culture de Hays. Además, en contextos de ciudades más pequeñas que Madrid y Barcelona, incluso hay trabajadores que aprovechan para ir a casa a comer.

La encuesta, realizada este mes de noviembre, señala que el 52 % de los trabajadores se organiza el tiempo de pausa como quiere. Un 29 % señala que también puede organizarse el tiempo de pausa a su criterio, pero dentro de una franja marcada.

Por el contrario, un 19 % de los encuestados no tiene ningún tipo de flexibilidad y cuenta con una franja de tiempo inamovible para la pausa de comida. “Hay puestos de trabajo que requieren de una presencialidad elevada, como, por ejemplo, las fábricas e industrias, y en los que no es posible esa flexibilidad”, añade Calvo.

Esto también ocurre en algunos casos de trabajos considerados ‘de oficina’, ya que “algunas empresas tienden a fijar horarios obligatorios para realizar las pausas de la comida por cuestiones de agenda, con el objetivo de que todos los empleados tengan un horario común en el que hacer reuniones, por ejemplo”. Por lo general, incide Calvo, deben estar disponibles de 10 a 13 horas y de 16 a 18 horas.

Por último, Calvo señala que “todas las medidas de flexibilidad chocan de alguna manera con el control horario, que conlleva valorar el trabajo por el tiempo dedicado más que por los resultados obtenidos”.

Utilizamos cookies propias y de terceros para posibilitar y mejorar su experiencia de navegación por nuestra web. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso.