Redacción. El Índice de Dinamismo Laboral (IDL), indicador elaborado por Cegid e IESE Business School para analizar los movimientos producidos en la fuerza laboral en España, cayó hasta el 4,5 % el pasado mes septiembre desde 6 % registrado en abril de 2022.
El informe, realizado a partir de los datos de 80.500 trabajadores pertenecientes a 243 empresas, apunta que este cambio de tendencia experimentado en los últimos seis meses puede deberse a causas tales como la influencia del cambio normativo de la reforma laboral en la rotación de las plantillas o la ralentización del crecimiento económico en España iniciada en primavera de 2022.
Una de las principales conclusiones de esta edición del informe es que, si desde principio de 2018 hasta finales de 2021 el 90 % de los nuevos contratos firmados eran temporales, en septiembre de 2022 los nuevos contratos fijos representan casi el 70 % del total y con tendencia creciente.
Así mismo, el empleo en contratos fijos y fijos a tiempo parcial ha aumentado significativamente durante 2022, frente una caída de los contratos temporales y temporales a tiempo parcial.
Cambio de tendencia en la tipología de cese de contratos
Además, el informe muestra un cambio de tendencia en los tipos de cese de contratos. Mientras que entre el periodo de 2018 y 2021 las bajas de contratos temporales suponían el 75 % de todas las terminaciones, en septiembre de 2022 las extinciones afectan en la misma medida a contratos fijos y los temporales.
Parece, por tanto, que la estabilidad de los contratos fijos se ha reducido, sugiriendo la posibilidad de que ahora estos sean utilizados para contrataciones de corta duración.
Mayor estabilidad en el mercado de trabajo y menor estabilidad de los contratos fijos
Entre las principales conclusiones de este nuevo estudio, destaca que en 2022 se ha producido un descenso en el IDL, es decir, un menor movimiento de trabajadores entre puestos de trabajo, a la par que un cambio de tendencia en la estructura contractual con un mayor uso de contratos fijos, lo que sugiere un mercado de trabajo más estable en general.
Por otro lado, el mayor porcentaje de terminaciones de contratos fijos y la menor duración de estos, hacen pensar que el cambio no está convirtiendo relaciones laborales que eran temporales en fijas, con las características de estabilidad de estas últimas. Es decir, parece que los contratos fijos son ahora más habituales, pero menos estables que antes de la reforma laboral de diciembre 2021.
Según Marta Elvira, profesora de IESE Business School, y directora de la investigación del IDL, "el dinamismo laboral decrece desde abril. Este cambiado de tendencia coincide con serias tendencias como la implementación de la reforma laboral, el aumento de la inflación, la respuesta de los bancos centrales y la inestabilidad geopolítica internacional. En conjunto, estos cambios aumentan la incertidumbre lo que puede reflejarse en un mercado de trabajo menos dinámico. En cualquier caso, la reforma ha tenidos efectos importantes sobre las tipologías de contratos laborales utilizados, siendo ahora los contratos fijos y fijos a tiempo parcial los más utilizados para las nuevas contrataciones. Sin embargo, nuestros datos detallados a nivel de empresa sugieren que la antigüedad media de los contratos fijos ha disminuido. Habrá que evaluar cuidadosamente si el cambio en la naturaleza de los contratos corresponde en el largo plazo a una mayor estabilidad para los trabajadores".
Por su parte, María José Fraile, directora de Recursos Humanos de Cegid Iberia y Latam, destaca que "lo que nuestros datos parecen apuntar es que, independientemente del modelo de contratación fijo/temporal, existe una tendencia a realizar contratos que de una manera y otra tienen una duración determinada y no de larga duración. Será interesante analizar cómo evoluciona en el futuro próximo esta tendencia".