Redacción. La identidad digital (ID digital) podría facilitar la identificación del talento, verificar la experiencia de los candidatos de forma automática y hacer eficientes los servicios de nómina salarial.
Estas son las ventajas que se derivan de esta tecnología para trabajadores y empleadores, según revela la consultora multinacional McKinsey & Company en el informe ‘La identificación digital: clave para un crecimiento inclusivo’, en el que se analizan los beneficios y perspectivas de la implementación de la identidad digital a nivel global.
Además, en el caso de España, la identidad digital cuenta un potencial de creación de valor especialmente en la base salarial, las ayudas sociales y la eficiencia de inversión en capital, y, en menor medida, en la lucha contra el fraude, la asistencia sanitaria y el desempleo.
El informe de McKinsey & Company destaca que en el mundo aún hay 1.000 millones de personas que no cuentan con ningún tipo de identificación y 3.400 millones sin huella digital, y, por tanto, sin identificación digital. Estas cifras representan una gran oportunidad para generar beneficios de forma global gracias al potencial económico que la identidad digital puede producir en el conjunto de sectores de actividad.
A diferencia de las identificaciones en papel, como los pasaportes o los permisos de conducir, la identidad digital se distingue porque su autenticación se realiza a través de un canal digital, lo que permite acceder a innumerables servicios y prestaciones sociales, fomentar el derecho a la información y al voto en elecciones, promover servicios financieros -créditos o inversiones- o potenciar la educación, entre otros.
Por otra parte, en un contexto de pleno desarrollo de procesos de digitalización tanto en el sector público como en el privado, y de incremento exponencial del uso de dispositivos conectados, la expansión de la identidad digital permite desbloquear valor y generar grandes oportunidades de crecimiento económico y social, con una mayor integración de los individuos en la vida económica.
Por último, el informe estima que, en 2030, la identificación digital podría ‘desbloquear’ de media un valor económico equivalente al 6 % del PIB en las economías emergentes, mientras que en las economías desarrolladas podría alcanzar un valor económico de, aproximadamente, el 3% de media, asumiendo altos niveles de adopción y uso en múltiples sectores.