Redacción. Bankia compensó el 12,1 % de su huella de carbono en 2018 mediante la compra de créditos de carbono de CO2 en diferentes proyectos nacionales e internacionales.
La entidad financiera generó con su actividad una huella de carbono de 12.109 toneladas de CO2, de las que compensó 1.460 toneladas a lo largo del pasado ejercicio.
Para conseguir compensar este porcentaje de emisiones, el banco se ha centrado en el proyecto Refo-resta CO2 con el que se está recuperando una zona degradada y desprovista de vegetación en los municipios burgaleses de Lerma y Santa María del Castillo.
Este nuevo bosque actúa como sumidero de CO2, al tiempo que contribuye a mitigar el riesgo de desertificación de la zona. También favorece el aumento de la biodiversidad. Este proyecto tiene una importante vertiente social, ya que lo realizan expertos locales. De esta manera, se favorece el empleo local, el desarrollo rural y se asegura el mantenimiento de la masa forestal.
Junto a esta iniciativa, Bankia ha compensado sus emisiones con la compra de créditos de CO2 en dos proyectos que cuentan con garantía Gold Estandar y que se desarrollan en China y Turquía.
En China, gran parte de la provincia rural de Sichuan carece de una gestión de residuos adecuada, degradando la higiene y creando emisiones de gas metano 25 veces más dañinas para el plantea que el CO2. El proyecto Biodigestores y cocinas limpias permite resolver estos problemas mediante la implantación de digestores de biogás, que descomponen los desechos orgánicos y los convierten en un combustible limpio que evita la quema de carbón o madera.
Así, se mejora la salud de las comunidades locales al crear un sistema de saneamiento que proporciona un punto de recolección de desechos y crea fertilizantes que aumentan la productividad agrícola.
Con este proyecto se ha conseguido reducir las emisiones totales en casi 750.000 toneladas al año, generar ingresos adicionales a las familias mediante ahorros en las compras de carbón o leña y el uso y venta de fertilizantes orgánicos de producción propia. Además, más de 100.000 hogares rurales de bajos ingresos se han visto beneficiados.
La iniciativa Biodigestores y cocinas limpias impacta en siete objetivos de desarrollo sostenible: salud y bienestar (ODS 3), educación de calidad (ODS 4), energía asequible y no contaminante (ODS 7), trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8), producción y consumo responsables (ODS 12), acción por el clima (ODS 13) y alianzas para lograr los objetivos (ODS 7).
Energía limpia en Turquía
Por su parte, el proyecto Dora II Energía geotérmica, que se lleva a cabo en Turquía, permite reemplazar la electricidad intensiva en carbono de la red con energía limpia de fuentes geotérmicas. Con ello se ayuda a Turquía a satisfacer su creciente demanda de energía sin impacto ambiental adverso.
Los principales logros de esta iniciativa han sido la reducción de 90.000 toneladas de emisiones totales al año y una menor contaminación del aire y sus enfermedades asociadas, dado que se reemplaza la energía fósil.
Además, la planta de energía geotérmica que se ha creado en el seno de este proyecto ha permitido atraer inversiones, tecnología, conocimiento técnico y nuevos empleos a una región agrícola.
Con esta iniciativa se impacta sobre cuatro objetivos de desarrollo sostenible: energía asequible y no contaminante (ODS 7), trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8), ciudades y comunidades sostenibles (ODS 11) y acción por el clima (ODS 13).
El compromiso de Bankia con la reducción y compensación de las emisiones derivadas de su actividad ha sido reconocido con el sello Calculo/Compenso del Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO).