La pandemia ha evidenciado la necesidad de atender tanto la salud física como la mental. Muchas afecciones físicas son consecuencia de un problema emocional. Si tenemos una buena salud mental, nos sentiremos bien, tendremos fuerza para afrontar cualquier reto y, en definitiva, estaremos cuidando un parte fundamental de nuestra salud.
Es por eso que profesionales de la salud insisten tanto en cuidar nuestra salud mental. Una de las mejores formas de prevenir los problemas de salud es haciendo deporte, entre dos y tres veces por semana. El ejercicio físico tiene efectos inmediatos en la salud emocional, pero también a largo plazo. Estos son sus beneficios.
Reducimos el estrés
En la actualidad no es inusual escuchar a alguien decir que está demasiado estresado porque su ritmo de vida le agobia. Aunque sea común, no debemos normalizarlo. Para tener una buena salud mental es importante aprender a gestionar el estrés y reducirlo.
A través del deporte podemos reducirlo, porque, entre otras razones, aumenta los niveles de endorfinas, que ayudan a reducir la sensación de dolor o emociones negativas.
Además, estaremos garantizando la salud laboral, ya que el estrés va muy vinculado a cómo gestionamos responsabilidades como el trabajo.
Mejoramos la memoria
La actividad física practicada con regularidad mejora la memoria y nuestra habilidad para aprender cosas nuevas, ya que, al hacer deporte, producimos más células en el hipocampo, que se encargan de la capacidad de aprendizaje. Además, los entrenamientos con peso también favorecen a nuestra mente y la agilidad mental.
Producimos hormonas
Cuando realizamos deporte, el organismo es capaz de generar más de 50 hormonas distintas. Endorfina, serotonina, dopamina y oxitocina son cuatro de las responsables de producir esa sensación de bienestar y calma. De hecho, se las conoce como el cuarteto de la felicidad. Gracias a todas ellas, podemos aliviar el estrés y la ansiedad.
Estamos más motivados
Con el deporte nos marcamos objetivos que nos motivarán a conseguirlos, y, al conseguirlos, nos motivaremos a marcar nuevas metas. En consecuencia, perdemos el miedo a afrontar situaciones nuevas.
El deporte es superación, y, al conseguir las metas y percibir la recompensa, la autoestima y la autoconfianza aumentan. La motivación, a su vez, ayuda a que, en situaciones de bloqueo, veamos una salida a los problemas.
Nos ayuda a controlar las adicciones
Cuando alguien tiene una adicción es porque una sustancia le produce dopamina, que es la encargada de proporcionar una recompensa. El deporte también produce esta sustancia química con la que obtenemos alegría, tranquilidad y felicidad, por lo que ayuda a dejar la adicción, sea cual sea.
El deporte también nos ayuda a restablecer los relojes biológicos, los cuales se ven altamente alterados por las drogas, y a establecer una rutina al organismo.
Mejora la conducta y nos enseña valores
El deporte despierta y moviliza emociones y sentimientos, influye en nuestra actitud y en el comportamiento a través de valores como solidaridad, deportividad, respeto, esfuerzo, superación, compañerismo y éxito personal, entre otros muchos.
Además de reforzar nuestros valores, nos enseña nuevos. A su vez, promueve el desarrollo personal y ayuda a socializar y a las relaciones personales.
Mejora el trastorno del sueño
Dormir las horas necesarias, adaptadas a cada tipo de persona según su edad y consiguiendo que esas horas se conviertan en un sueño reparador, es fundamental para tener buena salud física y mental.
Si tenemos problemas para dormir o descansar, el deporte nos ayudará, ya que aumenta la relajación corporal y mental, propiciando que sea más sencillo y más rápido dormir.
Previene el deterioro cognitivo
Con el paso de los años aumentan las posibilidades de sufrir una enfermedad degenerativa. Hacer deporte, sobre todo entre los 25 y 40 años, ayuda a producir sustancias químicas en el cerebro que previenen esta degeneración y mejoran nuestra función cognitiva.
El ejercicio físico es una herramienta muy valiosa para detener el deterioro cognitivo, prevenirlo y combatirlo cuando ya existe.