Correr o hacer running es accesible a todas las personas, ya que solo es necesario un calzado apropiado. Además, no hay que invertir en material ni en instalaciones, porque puede practicarse en el espacio público.
Si quieres empezar a correr o ya lo has intentado varias veces sin éxito, te planteamos a continuación cinco sencillos consejos que marcarán la diferencia.
1. La forma de empezar es importante. Empezar a correr puede ser un éxito o un fracaso en función de la intensidad con la que empieces. Si tu forma física es baja, lo recomendable es que te inicies caminando a marcha ligera, de 30 minutos a 1 hora, tres días en semana como mínimo.
Una vez que tu cuerpo se haya adecuado durante las primeras semanas, ya puedes comenzar a correr, combinando tramos caminando y carreras.
2. Estira siempre. Del mismo modo que te marcas como objetivo los días que saldrás a correr, debes tener en cuenta que siempre acabarás la actividad física estirando.
No se pueden saltar los estiramientos, porque es fundamental para prevenir lesiones. Aunque parezca obvio, si te lesionas, no podrás correr, por lo tanto, es mejor tener en mente la prevención.
3. Descansa. No establecer descansos entre entrenamientos puede retrasar la evolución y producir problemas físicos. Para asimilar correctamente el entrenamiento y evitar lesiones es importante establecer el límite de no entrenar dos días seguidos, por lo menos hasta que el cuerpo se haya acostumbrado a esta actividad física.
4. La competición puede esperar. Una motivación muy frecuente es apuntarse a una carrera. De esta forma, al tener una meta visualizada, todo nuestro esfuerzo lo destinamos a esa competición y nos resultará de estímulo para ser constantes.
Lo aconsejable es que, durante el primer año de empezar a correr, no se compita en distancias superiores a los 10 kilómetros. Si te hace ilusión, opta por carreras populares más cortas.
5- Correr acompañado. Es habitual que entre amigos o compañeros de trabajo, o en las propias empresas que apuestan por la salud laboral, se creen grupos para salir a correr.
Es una forma de motivarte muy estimulante y divertida, un empujón para empezar que ayuda a integrar el hábito de salir a correr. Pero, a veces, supone un problema, porque pretendemos seguir el ritmo a las demás personas y debemos ser conscientes de que cada individuo tiene el suyo propio. No puedes obligarte a ir al nivel de los demás porque puedes acabar abandonando.
Beneficios de correr
Despídete del estrés. Diferentes estudios afirman que correr alivia la depresión y evita el estrés, debido a que aumenta los niveles de neurotransmisores, la noradrenalina y la serotonina. Reduce, a su vez, los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
Aumenta tu flexibilidad. Correr mejora tu flexibilidad, importante para que tus músculos se recuperen más deprisa, para reducir lesiones y la rigidez muscular. Gracias a la flexibilidad, podrás realizar zancadas más largas.
Descansa mejor. Correr ayuda a tener un sueño reparador, mejorando la calidad del sueño. Al empezar a correr, quizá no lo notes, pero cuando lleves unos días notarás que descansas mejor y que, por lo tanto, tendrás más energía al día siguiente.
Pierde peso o mantenlo. Se trata de un ejercicio aeróbico, y, como tal, estimula la pérdida de peso siempre que lo vinculemos a una alimentación adecuada. Una vez tengas asumido el hábito de correr, cambiar el entrenamiento y hacer intervalos de trotar y sprint, es un buen método para perder peso de forma más rápida.
Mejora la salud cardiovascular. A más rapidez corriendo, más trabajo para nuestro corazón, la sangre fluye más rápido y se fortalece el mismo. Por eso, cuando corres, entrenas todo tu sistema cardiovascular, reduces la tensión arterial y el colesterol LDL.
Mejora el sistema inmunológico. Correr, al igual que otras actividades aeróbicas, promueve la estimulación de los macrófagos, las células que combaten las infecciones a través del sistema inmunológico. Por ello, nos ayudará a evitar enfermedades infecciosas.