Redacción. El Síndrome de Burnout, o síndrome del trabajador quemado, es un estado de agotamiento mental, físico y emocional, prolongado en el tiempo, que se produce con motivo de la cronificación del estrés laboral y entre cuyas consecuencias destaca la alteración de la personalidad y la autoestima de quien lo sufre.
Pese a que los síntomas principales del Síndrome de Burnout son la depresión y la ansiedad, que son los desencadenantes de buena parte de las bajas laborales, hay otros indicios que apuntan que un empleado puede encontrarse en esta situación: falta de concentración, nerviosismo permanente, poca realización personal, insomnio, irritabilidad, bajo rendimiento o absentismo laboral.
Edenred, multinacional especialista en soluciones de pago para empresas, ha facilitado cinco estrategias para que las organizaciones tratan de prevenir este síndrome:
- Modifica las condiciones que lo han producido. En primer lugar, es necesario identificar y modificar las causas que han producido el estrés laboral del trabajador. Si la situación se prolonga en el tiempo, quizá sea necesario reubicar al empleado en otro departamento, ofrecerle asesoramiento psicológico o colaborar con él para cambiar los hábitos adquiridos en los últimos tiempos.
- Impulsa la conciliación. El Síndrome de Burnout suele aparecer en momentos de excesiva carga de trabajo, en los que el empleado está sometido a una gran presión. Por este motivo, iniciativas como impulsar la conciliación entre la vida profesional y personal son determinantes para reducir el estrés.
Un aumento de los días de teletrabajo, la implementación de flexibilidad horaria para distribuir el tiempo de una manera más efectiva y el disfrute de más tiempo libre pueden ser medidas que contribuyan a prevenir esta situación.
- Distribuye mejor las tareas. La distribución de la carga laboral no debe ser excesiva. Es necesario planificar previamente el número de horas necesarias para desempeñar cada tarea con el objetivo de evitar una sobrecarga que derive en un agotamiento físico y mental.
Además, los objetivos marcados deben ser realistas. Si hay alguno que no es factible a corto-medio plazo es preferible modificarlo a quemar al equipo, con la frustración que esta situación acarrea.
- Recompensa los buenos resultados. Asegurarse de que los trabajadores vean reconocido su buen desempeño es fundamental para mejorar su satisfacción personal y prevenir una posible desmotivación.
Esta recompensa puede ser económica, pero también existe la posibilidad de manifestarla mediante reconocimiento público, con un premio simbólico o con cualquier otra medida creativa. Es conveniente priorizar siempre los resultados obtenidos y no las horas invertidas.
- Fomenta la desconexión laboral. Es necesario evitar el exceso de horas extra en el trabajo y respetar los días libres del empleado.
Desde la empresa se deben evitar prácticas como incluir el teléfono personal del trabajador en los emails, para facilitar el descanso y la desconexión en los días de asueto. Así mismo, es fundamental limitar al máximo las comunicaciones fuera del horario de oficina.