El cuidado de la salud mental en las empresas depende, básicamente, de un complejo engranaje de decisiones que se toman a nivel individual, por parte de cada empleado, y a nivel corporativo, por parte de la empresa como organización.
Esto quiere decir que el bienestar psicológico de un empleado depende, en parte, de sus propias decisiones individuales de autocuidado, pero también de las decisiones que su empresa tome al respecto y del contexto en el que ambos se encuentran.
Por tanto, ambos tienen capacidad de influencia, hasta cierto punto, en los hábitos y procesos que ponen en marcha y que dan como resultado un grado aceptable de bienestar para el empleado y progreso para la empresa.
Lo importante es aprender a determinar cuál es ese margen para cada empleado y cada organización y aprovecharlo al máximo de su capacidad.
En relación al nivel corporativo, en ifeel entendemos que una empresa no puede responsabilizarse completamente de la calidad de vida y la salud de cada empleado, pero sí puede decidir de manera estratégica y ordenada si pone en marcha acciones orientadas a prevenir el efecto de los principales factores de riesgo psicosocial a los que esté sometida su plantilla, por ejemplo, a través de un servicio completo de cuidado del bienestar emocional.
Cada vez está más claro que no existe una separación real entre la vida fuera del trabajo y la vida dentro del trabajo. Es cierto que, para poner un cierto orden, podemos separar facetas de manera relativa y, así, evitar interferencias: no sería profesional dejar que aspectos ajenos a la oficina contaminaran la agenda diaria de tareas, pero tampoco lo sería permitir que los asuntos profesionales restaran energía para las otras responsabilidades de la persona.
Sin embargo, resulta evidente que, si nos encontramos bien “como personas”, es decir, cuando estamos fuera del trabajo, eso, necesariamente, tiene que repercutir en nuestro desempeño profesional.
Siguiendo esta lógica, si trabajamos en una empresa que se preocupa por facilitarnos la vida y generar un clima laboral adecuado, un desarrollo profesional motivante y, en definitiva, una cotidianidad agradable en lo profesional, trasladaremos esas buenas vibraciones a nuestro tiempo libre.
Por fortuna para muchas organizaciones, tanto sus responsables de cuidar el capital humano como cada uno de los individuos que componen dicho capital deciden trabajar, en la medida de sus posibilidades, de una manera saludable y sostenible a largo plazo.
Para que esa sostenibilidad sea posible, es habitual poner en marcha servicios de coaching para empresas. No obstante, el cuidado del bienestar psicológico debe formar parte de la cultura corporativa de esas compañías, a cargo también de psicólogos profesionales y al mismo nivel de importancia que cualquiera de los valores que mejor las definen como organización.
Se trata de tener en cuenta el impacto que cada decisión corporativa tiene en el bienestar de las personas, con un enfoque preventivo y de verdadero cuidado de los empleados.
¿Por qué cuidar el bienestar psicológico en las empresas?
Cuando los empleados de una organización se benefician de una estrategia concreta de cuidado del bienestar diseñada por psicólogos expertos se genera un ambiente y metodología de trabajo más saludables, lo cual mejora la cohesión del equipo y la motivación laboral y previene fenómenos indeseables como el burnout en el trabajo.
La eficiencia en el trabajo no viene de la nada sino, precisamente, de cooperar con agilidad y generosidad, percibir que las tareas tienen un propósito, forjar relaciones de confianza con el equipo e interpretar que el trabajo contribuye al bienestar en lugar de perjudicarlo.
Gracias a la consolidación de estos procesos, los responsables de Recursos Humanos obtienen buenos resultados en su estrategia de prevención de riesgos psicosociales, lo que luego será traducible a nivel de ROI por la reducción de absentismo laboral y bajas laborales debidas a problemas de salud mental, por no hablar de la mejora del rendimiento.
Para explicarlo de manera resumida, la utilización por parte de los empleados de un servicio de bienestar laboral tiene enormes ventajas a tres niveles: el propio empleado, el equipo y la compañía.
En primer lugar, las ventajas para el empleado son las que tienen que ver estrictamente con su mundo interior, compuesto por su sistema de creencias, autoestima, estado de ánimo, calidad de sus relaciones, manejo de la ansiedad y el estrés, percepción de autoeficacia, compromiso con la compañía, prospección de objetivos de desarrollo personal -tanto profesional como referido a otras facetas-, etc.
En segundo lugar, las ventajas para el equipo aparecen por la combinación de las experiencias psicológicas particulares de los diferentes miembros del grupo de trabajo. Cuantas más personas tengan un grado elevado de bienestar emocional, mayor será su disponibilidad y apertura con los compañeros de trabajo. Nos referimos, por tanto, a dos aspectos corporativos de enorme relevancia para el éxito de la compañía: el clima laboral favorable y la cohesión del equipo, que generan siempre un mejor rendimiento.
Por último, debemos considerar las ventajas para la empresa en su conjunto. Estas pueden concretarse en la mejora del rendimiento, ahorro de costes achacables al absentismo laboral y bajas médicas debidas a problemas de salud mental, retención del talento gracias a una adecuada estrategia para atraerlo y desarrollarlo y una buena reputación interna y externa.
Queda claro, por tanto, que los beneficios de una inversión adecuadamente diseñada en cuidar del bienestar psicológico de los empleados superan con creces a los costes que pueda implicar. Solo queda que los empleados y, en este caso, las empresas, decidan implicarse al máximo dentro de su margen de acción.