Redacción. La Fundación Randstad ha presentado un nuevo proyecto de economía circular y transformación del conocimiento digital que reúne a distintas organizaciones para conseguir acercar la tecnología a las personas con discapacidad.
La iniciativa, denominada Brecha Digital, ha sido concebida como un proyecto participativo para reducir la brecha de uso y de acceso digital, es decir, la falta de conocimientos digitales o la falta de recursos en el acceso a la tecnología.
En este proyecto pueden intervenir todos los stakeholders del ecosistema social de la Fundación Randstad. Las empresas pueden hacerlo, a través de la dotación de recursos humanos, materiales y económicos, para romper la brecha de acceso y participar en la mejora de la formación.
Las entidades sociales, por su parte, pueden participar coordinando a las personas beneficiarias de este proyecto, mientras que los voluntarios de las empresas que participan pueden impartir los talleres de capacitación tecnología y mejora de la empleabilidad.
Desde el ámbito empresarial se han unido a este proyecto organizaciones como Vodafone, Microsoft, Fundación Accenture, Fundación Prosegur, Capgemini, Nationale-Nederlanden, Fundación CEOE, Sopra Steria, Sage, RSI Caja Rural, CGI y el Colegio de Registradores de Madrid.
La formación, clave para conseguir la integración laboral
Brecha Digital consta de tres fases. Primero, las empresas donan recursos tales como ordenadores, tarjetas de datos y software. A continuación, estos recursos son reacondicionados para darles una segunda vida -economía circular- y Fundación Randstad hace entrega de este material informático a las personas con discapacidad y en riesgo de exclusión social que lo necesitan. El objetivo es beneficiar a hasta 200 usuarios.
Finalmente, se realiza la fase de formación con un programa de 40 horas, el cual el aprendizaje de conocimientos y competencias digitales por parte de los beneficiarios y talleres para mejorar su empleabilidad, apoyados por voluntarios Randstad.
En esta última etapa del proyecto, son los voluntarios de las empresas los que se encargan de enseñar a las personas con discapacidad, aportando sus conocimientos para mejorar sus competencias digitales.