¿Temes quedarte en blanco en una entrevista de trabajo? Esto es lo que tienes que hacer

Redacción. Es habitual leer o escuchar los típicos consejos sobre cómo afrontar con éxito una entrevista de trabajo: control de los nervios, prepararse a conciencia, mentalización, mostrar seguridad… Sin embargo, ¿qué podemos hacer si, tras haber seguido todos los pasos recomendados, nos quedamos en blanco?

Según Hays, consultora de Recursos Humanos, soluciones de personal y selección de perfiles cualificados, existen algunos métodos para saber gestionar con éxito estas situaciones, así como prevenirlas.

En primer lugar, para Hays es interesante conocer el motivo por el que nuestra mente puede quedarse en blanco. Algunos estudios han demostrado que, cuando estamos en un nivel alto de estrés, el cerebro tiende a desconectar las redes corticales implicadas en la creatividad, la contemplación, la planificación y el pensamiento abstracto.

Básicamente, lo que ocurre es que, en lugar de concentrarse en la tarea que estamos llevando a cabo, el cerebro entra en “modo defensa o huida”. Se trata de una reacción fisiológica ante una situación que el cerebro percibe como aterradora, ya sea física o mentalmente.

Cuando el entrevistador se prepara para una entrevista de trabajo, en cambio, suele estar más relajado, lo cual le permite tener un proceso de pensamiento perfectamente lógico y racional, a menudo denominado “cognición fría”. Durante este proceso, el cerebro produce menos hormonas del estrés y el hipocampo y el córtex prefrontal funcionan con normalidad.

En situaciones de estrés, como pueden ser las entrevistas de trabajo, sucede todo lo contrario. En estos casos se liberan más hormonas del estrés, lo que desencadena un período de “cognición caliente”, dificultando la comunicación de las regiones del cerebro, lo que, en consecuencia, causa el hecho de “quedarse en blanco”.

En estas situaciones, los expertos de Hays recomiendan mantener la calma y no entrar en pánico. Esto favorecerá que la mente vuelva a entrar en un estado de cognición fría, de modo que puedas pensar de manera más racional y controlar mejor la situación.

En esa misma línea, también es importante tener una respiración consciente. En situaciones como estas, nuestro cerebro percibe una entrevista de trabajo como una situación amenazante. Respirar profundamente indicará a nuestro celebro que su percepción de peligro es errónea y que la situación no es de pánico, lo cual generará un efecto tranquilizador.

También puede resultar de gran ayuda admitir al entrevistador que te has quedado en blanco. Este gesto demuestra honestidad y humildad y, a su vez, permite ganar tiempo para poder seguir adelante.

Por último, un candidato también puede solicitar que le repitan la pregunta o, si lo prefiere, volver hacerla él mismo nuevamente para confirmar que lo ha entendido correctamente. En este caso, podrá ganar varios segundos para escuchar la cuestión nuevamente y poder pensar en la respuesta idónea.

¿Es posible evitar quedarse en blanco?

Pese a que quedarse en blanco en una entrevista es algo común, existen algunos métodos que pueden ayudar a prevenir que esto suceda.

En primer lugar, es fundamental estar relajado durante la entrevista. De este modo, el cerebro tiene la capacidad de pensar de forma lógica y racional y, por lo tanto, el entrevistado se encontrará en la situación idónea para rendir al máximo.

En segundo lugar, es importante no prepararse en exceso. Al preparar la entrevista, solemos memorizar las respuestas a las preguntas más habituales, lo cual no solo hará que las respuestas del candidato parezcan automatizadas, sino que, además, es probable que pueda olvidar algún detalle crucial.

Escuchar activamente las preguntas que realiza el entrevistador, en vez de pensar solamente en las respuestas que queremos dar, también será clave. También puede ser de gran utilidad tomar notas mientras el entrevistador realiza la pregunta.

Por otro lado, el entrevistado no debe preocuparse en exceso por los periodos de silencio. Es importante recordar que son habituales en cualquier conversación, independientemente de la situación. Al contrario, pueden ser una herramienta para ganar tiempo y pensar en próximas respuestas o preguntas a realizar.

Así mismo, el uso de gestos puede ser clave para ayudar al entrevistado a recordar información. Un estudio publicado por la Universidad de Illinois descubrió que los participantes que llevaron a cabo gestos con las manos mientras memorizaban información obtuvieron resultados mucho mejores que aquellos que no lo hicieron del mismo modo.

Por último, desde Hays aconsejan que, ante situaciones que puedan causar estrés, como son las entrevistas de trabajo, lo importante es saber relativizar y darse cuenta de que no es tan grave como parece, y destacan que una buena gestión de dichas situaciones puede, incluso, conducir al éxito.

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