Redacción. Un estudio de Accenture ha revelado cómo las entidades académicas de educación superior pueden diferenciar sus ofertas y cumplir de manera más efectiva las expectativas de los estudiantes y las necesidades del mercado laboral.
En este estudio, titulado Servir a los estudiantes: una encuesta sobre la mentalidad de los alumnos (Serving all students: A survey of learner mindsets), Accenture ha analizado cómo la pandemia de covid-19 ha acelerado una serie de cambios que ya estaban en marcha en la educación superior, como la reducción del número de alumnos que estudian materias ‘tradicionales’, la creciente necesidad de obtener formación a lo largo de la vida laboral y la expansión de la educación alternativa.
"Las instituciones académicas, ahora más que nunca, buscan evolucionar en la forma en que ofrecen servicios a sus alumnos, así como adaptarse para atender a los nuevos segmentos de estudiantes", señala Samantha Fisher, managing director del área de servicios de educación de Accenture.
"El aprendizaje y la adquisición de nuevas habilidades a lo largo de la vida laboral es cada vez más esencial para que los empleados y las organizaciones prosperen, por lo tanto, se exige una comprensión más profunda de las formas de aprendizaje", añade.
Una nueva forma de segmentar a los alumnos
La encuesta, realizada en Estados Unidos a más de 6.500 estudiantes, incluye a alumnos actuales y futuros, de 16 años en adelante, que buscaban ya sea un título universitario o un título de formación profesional.
El análisis de los resultados de la encuesta reveló seis segmentos distintos de estudiantes, agrupados en función de la mentalidad, los objetivos y las emociones en el aprendizaje, más que de factores demográficos o del tipo de institución.
Entusiastas del Campus (16 %). Jóvenes orientados al mundo académico que buscan una experiencia universitaria inmersiva y exploratoria. Suelen ser estudiantes a tiempo completo, participan en actividades extracurriculares sociales y profesionales, y la mayoría buscará su primer trabajo profesional al terminar la carrera.
Intelectuales orientados (7 %). Estudiantes que trabajan para obtener su primer título, tienen mucha curiosidad intelectual y suelen estar interesados en permanecer en el mundo académico. Buscan una experiencia de aprendizaje más tradicional y prefieren el aprendizaje presencial.
Especialistas júnior (31 %). Están motivados por aplicar lo aprendido en la vida real, realizar prácticas y crear conexiones para entrar en un campo determinado de trabajo tras su graduación. La mayoría están comprometidos con la obtención de un título especializado en el ámbito de la salud o los negocios. Tienden a depender de becas para estudiar y están menos interesados en la cultura escolar y en las oportunidades sociales.
Profesionales en evolución (23 %). Tienen mayores ingresos y más experiencia laboral. Están impulsados por la curiosidad intelectual, buscan ampliar sus intereses y opciones profesionales, en lugar de desarrollar habilidades específicas vinculadas a su empresa. Muchos estudian cursos relacionados con la tecnología o los negocios. La mayoría está cursando estudios tradicionales, pero están pensando en realizar educación especializada alternativa. Suelen ser mayores que los tres segmentos anteriores y muchos ya han formado una familia.
Escaladores de mitad de carrera (14 %). Este grupo busca avanzar en sus carreras profesionales a través de certificaciones vinculadas a su empresa actual o futura. Sus integrantes suelen trabajar a tiempo completo y dan prioridad a la flexibilidad de los programas -educación a distancia o híbrida-, y es el grupo más propenso a matricularse en programas de instituciones fuera de las universidades.
Transformadores de trayectoria (9 %). Se esfuerzan por conseguir avances en su carrera profesional cambiando de función o de sector mediante la obtención de habilidades específicas en un corto período de tiempo. Se centran mucho en el valor y los resultados potenciales, son el grupo de mayor edad con más experiencia laboral y se encuentran entre los alumnos más sensibles al precio.
Modalidad virtual y necesidad de más servicios en salud y bienestar
Los estudiantes de los distintos segmentos se mostraron satisfechos con la forma en que las instituciones describen su oferta y ayudan a los estudiantes a navegar por los programas y el asesoramiento académico.
La satisfacción fue más baja en todos los segmentos con servicios no académicos, como la salud mental y el bienestar, los servicios para personas con capacidades diversas y el asesoramiento financiero.
En general, el 96 % de los encuestados asegura que una experiencia digital de alta calidad es importante para su satisfacción educativa, por encima del 85 % en una encuesta similar de 2017.
En cuanto a cómo prefieren disfrutar momentos claves de su educación -graduación, prácticas y actividades extraacadémicas- todos los grupos de alumnos coinciden en la modalidad presencial, pero prefieren tener un servicio de acceso virtual a la mayoría de los servicios administrativos.
"Las instituciones académicas tras la secundaria tienen que ser capaces de prestar casi todos los servicios en todas las modalidades, pero se trata de mucho más que de digitalizar. Hay que centrarse en profundizar en el compromiso y las relaciones con los estudiantes y mejorar las experiencias de aprendizaje, entre otras cosas, abordando de forma más reflexiva las necesidades y preferencias de todos y cada uno de los estudiantes", concluye Fisher.