Redacción. “La inteligencia artificial (IA) requiere una vigilancia ética. Todas las nuevas aplicaciones y oportunidades que ofrece la IA requieren de talento ,y necesitamos un talento que sea firme en su planteamiento ético”.
Así lo asegura Regina Llopis, doctora en Matemática aplicada a la Inteligencia Artificial y presidenta del grupo AIA, multinacional que colabora con la NASA y con la Unión Europea en proyectos de innovación, añadiendo que “es necesario poner vigilancia porque el sesgo personal puede influir determinantemente al programar o poner en uso una determinada tecnología”.
Llopis, que ha participado en la sesión ‘Inteligencia Artificial como factor de innovación en la empresa’, del seminario de la Fundación Étnor sobre los desafíos éticos de la empresa en un mundo digital, cree que la inteligencia artificial no es un futurible, sino un presente al que las empresas deben sumarse ya.
“O nos olvidamos de la transformación digital y las empresas pasan directamente a la inteligencia artificial o se quedan fueran. Es perder tiempo. Tenemos que poner en duda los modelos que estamos usando”, ha señalado la doctora.
Llopis, considerada mejor tecnóloga española de 2017, ha animado a las empresas a que impulsen esta transformación entre sus empleados. “Nuestros trabajadores tienen que tener el compromiso de aprender continuamente, y nosotros tenemos que tener el compromiso de darles la formación necesaria”, ha dicho.
Lejos de los riesgos que pueden suponer en el empleo, Llopis cree que la IA ofrece nuevas oportunidades que hoy ni nos imaginamos.
China, hegemonía en inteligencia artificial
Para Regina Llopis, China tiene la total hegemonía en IA, porque, con apoyo gubernamental, han desarrollado soluciones completas, como la plataforma Wechat, que aglutina todas las soluciones en una, desde un chat hasta las transacciones bancarias. Por ello recomienda aliarse con socios chinos.
A la vez Llopis ha puesto sobre la mesa las diferencias culturales entre occidente y China, con unos parámetros éticos muy diferentes. “Esto requiere un conocimiento mutuo, formación y permeabilidad”.
Tres bloques
Llopis ha explicado que hay tres bloques de inteligencia artificial. “El primero, al que se llama Súper Inteligencia Artificial, supone la voluntad de que la inteligencia artificial llega a tal nivel que pueda superar al ser humano”.
“El segundo, la Inteligencia General, intenta aproximarse a nosotros, para, de alguna manera, acometer la resolución de problemas. El tercero, que es la Inteligencia Específica, es el que tenemos ya alrededor nuestro, es el que tiene unas capacidades que nos sorprenden, pero están centradas en una aplicación concreta y definida”.
Llopis ha concluido que “el desarrollo actual de la IA ha venido motivado por la capacidad de obtención y almacenamiento de datos e información. Tenemos información emergente que desconocíamos, pero debemos tener cuidado en cómo analizamos los datos y qué conclusiones obtenemos. Pasamos de un paradigma de la causalidad a uno de la correlación, y eso puede tener sus riesgos en algunos ámbitos, como el de la medicina”.