Indra es incluida por segundo año consecutivo en el Índice de Igualdad de Género de Bloomberg

Redacción. Indra, una de las principales empresas globales de tecnología y consultoría, ha sido incluida por segundo año consecutivo en el Índice Bloomberg Gender Equality Index (GEI), que reconoce a las compañías líderes a nivel global en materia de transparencia relativa a cuestiones de género y promoción de la igualdad y la diversidad.

Indra es una de las 18 empresas españolas y una de las 38 compañías tecnológicas de todo el mundo que forman parte de este índice de referencia en diversidad a nivel mundial, que permite a los inversores evaluar el desempeño de las empresas y comparar entre pares de su industria, ampliando la información disponible sobre aspectos ambientales, sociales y de gobierno (ESG), cada vez más demandados.

El GEI evalúa la igualdad de género en las organizaciones a través de cinco pilares de referencia: liderazgo y talento femenino, igualdad de remuneración y paridad de remuneración entre los géneros, cultura inclusiva, políticas de acoso sexual y marca pro-mujer.

Para formar parte del índice, Indra ha tenido que obtener una puntuación igual o superior al umbral global establecido por Bloomberg para los cinco ámbitos evaluados. El Índice también valora el esfuerzo de las compañías en la promoción de la igualdad y la diversidad.

La valoración de Indra ha sido especialmente positiva en divulgación de sus políticas, buenas prácticas y datos de diversidad, con un 89,39 % sobre el total.

En cuanto a la calidad de los datos, Indra ha obtenido una puntuación del 86,67 % en igualdad salarial y paridad salarial de género, que tiene en cuenta aspectos como que la compañía haya realizado una auditoría global de igualdad salarial, que exista una compensación basada en género o métricas cuantitativas de brecha salarial de género publicadas.

Para Indra, formar parte del GEI por segundo año consecutivo supone “un reconocimiento a su compromiso con el progreso de las mujeres y con la diversidad, tanto en el entorno de trabajo como en los países en los que opera y en la sociedad en general”.

La diversidad es uno de los pilares de la transformación cultural que la compañía está llevando a cabo en los últimos años para ser una empresa más atractiva, ilusionante y motivadora.

Indra cuenta con plan de igualdad, procedimientos de Recursos Humanos que aseguran la meritocracia, un código ético y de cumplimiento legal que incluye los principios de profesionalidad y respeto. Además, la compañía refuerza cada año su programa de diversidad con nuevas iniciativas.

Mínima brecha salarial

En los últimos tres años, la compañía ha conseguido mantener la brecha salarial en torno al 3 %, ratio entendida como el porcentaje que las mujeres cobran menos que los hombres, considerando posiciones y responsabilidades análogas. Esta cifra es muy inferior a la de la media de las empresas del sector.

Según datos de la web de estadísticas de la Organización Internacional del Trabajo (ILOSTAT), cuando las mujeres consiguen un trabajo digital, se enfrentan a una brecha salarial media de género del 21 %, mayor que la brecha salarial media de género del 16 % para la economía en general.

En España, la brecha salarial en el sector TIC es del 8,9 %, según un estudio del Instituto de la Mujer o el estudio Mujeres en la economía digital en España de DigitalEs, mientras que en el resto de los sectores es del 14,2 %.

Indra también ha mejorado el porcentaje de mujeres en todas las categorías y a nivel global. Cuenta con un 35 % de mujeres en su plantilla y con un 20 % en los niveles de gestión y dirección.

En cuanto al consejo de administración, hay un 38,5 % de presencia femenina, un 57,14 % si solo se tienen en cuenta los consejeros independientes.

Indra es, además, una de las cuatro compañías del Ibex-35 que tiene una mujer como consejera ejecutiva, Cristina Ruiz, consejera directora general de Tecnologías de la Información.

Todos estos datos son aún más positivos, según Indra, si se tiene en cuenta que el tecnológico es un sector muy masculinizado históricamente y en el que existe un déficit de estudiantes y profesionales con perfiles científico-técnicos, que es especialmente acusado en el caso de las mujeres.

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