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Redacción. Un 70 % de las empresas a nivel global considera que la falta de talento entre los niveles medio y sénior es un gran desafío para la escalabilidad de la inteligencia artificial en las organizaciones.

Así lo pone de relieve un nuevo informe del Instituto de Investigación de Capgemini, en el que se analiza el ritmo de adopción de la inteligencia artificial (IA) en las empresas en los últimos tres años.

El informe, titulado The AI Powered Enterprise: Unlocking the potential of AI at scale (La empresa impulsada por IA: desbloqueando el potencial de la IA a escala), ha contado con la participación de 954 directivos de empresas de 11 países a nivel global, incluyendo España, con al menos 1.000 millones de dólares en ingresos anuales e iniciativas estables de IA.

Revela que más de la mitad de los líderes en inteligencia artificial (58 %) ha nombrado a un responsable que pueda aportar a los equipos de desarrollo una visión concreta, establecer directrices en torno a la priorización de casos de uso, ética y seguridad, y que unifique el uso de plataformas y herramientas para el desarrollo de la IA.

Las compañías también han de centrarse en una amplia gama de competencias para la implantación de aplicaciones de IA a gran escala dentro de la organización que van más allá de habilidades puramente técnicas, tales como análisis de negocio y especialistas en gestión de cambio.

Sin embargo, actualmente, hay una brecha considerable entre la oferta y la demanda en disciplinas importantes como el machine learning o la visualización de datos. Por lo tanto, la formación y la mejora de cualificaciones son críticas para salvar esta distancia y garantizar que estos conjuntos de competencias se quedan en la propia empresa.

Ventajas en los ingresos

Por otra parte, el informe muestra que la implementación satisfactoria de la inteligencia artificial a gran escala puede tener ventajas tangibles en los ingresos empresariales.

El 79 % de los directivos encuestados ha visto un incremento de más del 25 % en ventas de productos y servicios tradicionales.

Además, el 62 % ha notado un descenso del 25 %, como mínimo, en el número de quejas de clientes, y un 71 % asegura una reducción de al menos un 25 % en amenazas de seguridad.

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