La semana laboral de cuatro días, cada vez más cerca

Redacción. La semana laboral de cuatro días o 32 horas semanales será una realidad más generalizada en España a partir de septiembre.

El Ministerio de Industria ha destinado 10 millones de euros a introducir este cambio laboral en unas 150 empresas que confirmarán los beneficios de trabajar menos horas por semana, pero con el objetivo de demostrar el aumento de la productividad.

Una iniciativa lanzada también por el Ejecutivo valenciano subvencionando los costes del cambio a las empresas adheridas al experimento durante los tres primeros años y cuyos resultados están siendo satisfactorios.

Una amplia mayoría de expertos en políticas y gestión de personas confirma que los beneficios de la reducción de horas de trabajo son numerosos, trascienden del mero entorno laboral y repercuten en todos los ámbitos sociales y económicos.

De hecho, se trata ya de una corriente que avanza en todo el mundo en paralelo a las políticas de bienestar del empleado.

Países como Reino Unido están ya probándolo en cientos de empresas, y otros como Islandia, Australia, Estados Unidos y Bélgica han normalizado la reducción de días y de horas laborales por semana.

Es cierto que en España la introducción de la semana de 32 horas encuentra dos grandes obstáculos: la gran cantidad existente de empresas del sector servicios y la exigencia de presencialidad que muchas organizaciones mantienen en sus plantillas, motivada principalmente por la tradición, la desconfianza o por la imposibilidad de aplicar registros horarios o sistemas tecnológicos de gestión de personas y del trabajo.

Por ello, tal y como asegura Joan Pons, CEO de WorkMeter, “contar con ciertos tipos de software de medición del tiempo y de la productividad es clave para poder realizar la transformación hacia la semana laboral de 32 horas. El objetivo es mantener y aumentar gradualmente la productividad y lograr que las personas tengan más tiempo libre a disposición para poder conciliar mejor, realizar otras actividades que les realicen y recarguen de energía, les permita descansar mejor… De este modo, aumenta su compromiso, implicación y lealtad hacia la empresa y son más productivos”.

Pons coincide con otros expertos en que “solamente con este tipo de programas informáticos se puede realizar una gestión laboral integral eficiente y adecuada”.

Al igual que ocurrió hace muchos años con la introducción del modelo actual de jornada laboral de ocho horas, que supuso una gran revolución en la conquista de derechos laborales, este cambio tardará en generalizarse, pero será una realidad porque, según aseguran desde WorkMeter, sus beneficios se han demostrado y porque las previsiones estadísticas anticipan su conveniencia, ya que es un modelo que puede ayudar a la creación de más puestos de trabajo, que mejora la conciliación familiar, que reduce el creciente problema del estrés laboral, tan nefasto para la salud de los empleados, y que mejora el rendimiento de la plantilla y la productividad de las organizaciones, entre otras ventajas.

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